Adrenalina en estado thriller

No quería leer este libro. Que conste en acta que no quería leer El espía inglés (Harper Collins). Sabía que era una peligrosa tentación. Como esa caja de bombones de la que es imposible coger solo uno.

No había leído antes -lo confieso también- nada de Daniel Silva, pero por los referencias y conociendo mis formas lectoras (como una serie de novelas o autor me acabe convenciendo, no puedo parar hasta acabar con la caja) sabía que adentrarme en esta novela de espionaje era caer en las redes del autor. Chocolate puro. Y ya estoy deseando coger más bombones. Hasta 14 libros más tiene Silva protagonizados por Gabriel Allen, el mismo que recorre las páginas de El espía inglés

El relato es entretenimiento máximo. Silva te atrapa con el ritmo de una historia que juega con temas muy actuales como el terrorismo y los servicios de espionajes. Aunque ficción, los guiños con la realidad son numerosos, como el de esa princesa británica que es asesinada y que es imposible no comparar con Lady Di. 

Con la explosión del yate en el que se encontraba la referida princesa comienza una trama que podría alimentar perfectamente a una gran serie de televisión. La ambientación es extraordinaria y los personajes están muy bien perfilados, desde ese Gabriel con dos lados muy marcados hasta Christopher Keller, su compañero de fatigas en la búsqueda del autor del atentado. 

Pura adrenalina, la novela viaja por países como Alemania, Reino Unido, Israel o Rusia, con gobiernos de por medio haciendo de las suyas y con la presencia de esos agentes dobles que tanto me gustan por el juego que pueden aportar si están bien conseguidos. 

El espía inglés es acción sin pausa. Un libro que, aunque pertenece a una saga extensa, puedes leer fácilmente aunque no lleves el hilo de las historias anteriores. Con capítulos cortos, diálogos ágiles, descripciones directas, Daniel Silva demuestra el gran manejo que tiene de la novela de espías. El suspenso se mantiene hasta el final y en el paladar te queda esa sensación dulce del bombón que quieres repetir. 

 

"La noticia estuvo allí casi una hora sin que los demás medios de comunicación se hicieran eco de ella. Puede incluso que la ignoraran. Después, un productor de los informativos de la BBC, alentado por una llamada telefónica del jefe de edición del Telegraph, la insertó en el boletín de noticias de la una de la madrugada. Radio Israel estaba escuchando y a los pocos minutos los teléfonos empezaron a sonar y los periodistas tuvieron que levantarse de sus camas. Lo mismo hicieron numerosos miembros de los influyentes servicios de seguridad y espionaje del país, tanto pasados como presentes. Oficialmente, nadie quería reconocerlo. Extraoficialmente, daban a entender que seguramente era cierto". 
Por: Manuel Muñoz
Fecha: 22-05-2016