Al mal tiempo, cinco buenos libros

De las 'Tinieblas de un verano' llegaremos a 'Invierno' tras aprender a volar y recorrer las ciudades con 'Flâneuse'

Al mal tiempo, buena cara, dice el refrán. O, a El mal y el tiempo (una de nuestras recomendaciones de la semana), buenos libros con los que aprenderemos a volar para llegar desde las Tinieblas de un verano hasta Invierno. Y todo ello, para acabar paseando por las calles de las grandes ciudades del mundo junto a Flâneuse.

Invierno

Aunque estamos en otoño, nuestra primera recomendación de la semana es Invierno (Pepitas Ed), una novela de Elvira Valgañón que nos lleva hasta las puertas de principios de 1809 para encontrarnos con "una obra emocionante de una escritora detallista y esencial, atenta a los sonidos y los silencios de las palabras. Una escritora -como se apunta desde la editorial- que está aún por descubrir por el gran público". 

La novela es una mezcla de historias que remarcan que la belleza y la piedad son los mejores recursos para hacer de la vida y de la literatura un lugar habitable. Un soldado que escapa del ejercito napoleónico es uno de los protagonistas de esta historia de vidas y secretos, pasiones calladas y esperanzas ciegas. 

Tinieblas de un verano

"1968. Dos antiguos amantes se reencuentran fuera de Japón, su país de origen, diez años después de haber puesto fin a su relación, y juntos viajan a Alemania en lo que no se sabe si es un paréntesis en sus respectivas derivas existenciales o una manera de retomar los vínculos perdidos y encontrar alguna clave que les desvele algo de sí mismos y del pasado compartido". Lo descrito es una pequeña pincelada del contenido de Tinieblas de un verano (Sexto Piso). 

El escritor japonés Takeshi Kaikō (Osaka, 1930-Chigasaki, 1989) es el autor de una novela sobre la que el autor británico Ivan Morris apuntó en su día: "Esta novela intensamente moderna arroja una vívida luz sobre la alienación que sufre un tipo de japonés determinado: el inteligente, perceptivo y terriblemente perdido entre dos mundos". 

El mal y el tiempo

La tercera de nuestras recomendaciones de esta semana es una perturbadora novela policiaca sobre la corrupción, tanto económica y moral. Ambientada en España y narrada en dos épocas (inicios de los noventa y año 2012), El mal y el tiempo forma parte de la colección de narrativa general Noches Blancas de Nocturna Ediciones

Carlos Fortea, autor también de Los jugadores, da vida a esta nueva historia que refleja 20 años de la sociedad española en una obra en la que pesan más los silencios que las respuestas. El descubrimiento de un cadáver desata una investigación policial que acaba adentrándose en una intrigante trama sobre la amistad, el amor y el papel del arte en el mundo actual. 

El día en que aprendí a volar

"Mucho antes de aprender a caminar, la pequeña Luisa aprende a volar. Y mucho antes de saber hablar, aprende a observar. Hace apenas unas horas que ha nacido y su madre, Aza, la abandona en circunstancias dramáticas. Paul, que es su padre, se hace cargo de ella y la cría en el ambiente caótico y festivo de un piso de estudiantes en Múnich. Pero un día todo esto se acaba y, junto con la curiosidad propia de una niña que ya tiene seis años, Luisa y su padre se ven empujados a seguir la huella de Aza..." 

Y así emprenden un viaje que comienza lejos en el tiempo y que termina lejos en el espacio, que va del frío y el hambre de un pueblo bávaro de finales del siglo XIX a una selva tropical de Brasil. Un viaje maravilloso que forma parte de El día en que aprendí a volar (Entre Ambos), una historia obra de Stefanie Kremser

Flâneuse

Y tras perdernos por la selva tropical del Brasil del siglo XIX, tras caminar por la España de los años 90, tras volar a la Alemania de 1968 y tras viajar a 1809, ahora llega el momento de pasear por París, Nueva York, Tokio, Venecia y Londres con Flâneuse (Malpaso), un ensayo reivindicativo en el que su autora, Lauren Elkin, reclama para las mujeres el derecho a pasear por la ciudad.

Flâneuse se ocupa de un tema apenas tratado en los libros como es el acceso de la mujer al espacio público. Elkin hace un recorrido literal y metafórico de las ciudades en las que ha vivido y, a través de sus paseos, nos descubre una nueva mirada y reivindica la experiencia singular de pasear siendo mujer, lo que sería la versión femenina del flâneur, que nació en el París del siglo XIX y que tenía como hábitat natural los boulevards y galerías de la capital gala. 

Por: Más Leer
Fecha: 19-10-2017