Pequeñas historias con grandes sensaciones

Siempre he sido una auténtica enamorada de esas historias que logran trasladarte y hacerte partícipes del relato que cuentan. Llevaba tiempo sin viajar al pasado con una historia tan bien perfilada. Todo lo perdido y encontrado (Maeva) tiene la culpa de esa sensación de nostalgia que me ha acompañado después de la lectura. Sin ser una de las mejores historias, sin ser una megaficción, el libro transmite. Y eso es lo que a veces es difícil encontrar. Y por eso hay que valorarlo en su adecuada medida.

Una novela amena e interesante en la que su joven autora, Lucy Foley, combina elementos como el arte, la correspondencia por carta y los secretos familiares. Todo ello con la Segunda Guerra Mundial de fondo y con unos saltos bien atados en el tiempo entre los años 30 y los años 80. Kate, una de las protagonistas de la historia junto a Tom y Alice, es una joven londinense que lo está pasando bastante mal tras la muerte de su madre.

Tras recibir un retrato de manos de su abuela se pone a investigar los orígenes de su familia. Y tocará viajar al pasado, al París de los años 30. Un paseo por el tiempo que dibuja bien la autora con una ambientación que refleja bien la época sin abusar de los detalles ni de las descripciones redundantes. Aunque la guerra y el amor, temas tan tratados en infinidad de novelas, marcan el transcurso de los acontecimientos, los matices aportados por la autora evitan que se repita el abrazo con lo tópico.

Muy sensorial en la narración, Foley maneja bien los tiempos y esos giros entre pasado y presente de la historia que suelen emplear en sus novelas autoras como Kate Morton o Julia Navarro. Por cierto, en algunos pasajes de la lectura se me vino a la mente el Dime quién soy de la escritora madrileña.

Todo lo perdido y encontrado es un retrato con personalidad, una fotografía en movimiento de algunos momentos de la Europa del siglo pasado, una mirada íntima a los sentimientos y una crítica a la evolución social de las clases. Una novela contada de forma sencilla, con mucha naturalidad, y que te agradará haber encontrado tras todo lo perdido. 

Por: María Vila
Fecha: 31-03-2016