Un divertido viaje en la máquina del Tiempo

Una caja de recuerdos con forma de libro

Eduardo Aldán titula su primera inclusión en el mundo de los libros con el nombre de Espinete no existe (Plaza & Janés). El título lo toma prestado de la obra teatral que lleva representando con enorme éxito desde hace una década. Una obra que traslada todos sus ingredientes desde las tablas a las páginas de un libro imperdible.

Y es que aquellos que crecimos en los setenta y principios de los ochenta no podemos dejar pasar por alto este libro-máquina del tiempo que nos llevará a revivir aquellas tardes de merienda delante del televisor a la espera de que aparecieran todos aquellos personajes eternos de Barrio Sésamo.

Aldán, con un estilo muy particular, nos va abriendo poco a poco la caja de la memoria para darnos pinceladas de una infancia en la que no faltaban juguetes como los clicks de Playmobil o ese juego de Magia Borrás que fascinó al autor en su juventud.

Espinete no existe es tan completo en sus recuerdos como una caja de Juegos Reunidos Geyper, tan divertido como Los Payasos de la Tele y tan delicioso como un helado Drácula. El escritor, que aporta con fina ironía y mucho humor su toque personal a los momentos del pasado, recuerda con admiración a Miliki y prefiere no tener ninguna estampa en la memoria de su Primera Comunión.

La televisión de antes, las chucherías de aquellos quioscos que formaron nuestro pasado, los juguetes que acababan en el bote de Colón, nuetros días más especiales y los ídolos con los que crecimos son los protagonistas de esta obra que nos llevará a un viaje en el tiempo donde el buen rato de lectura está totalmente garantizado.

Por: Rubén Guerrero
Fecha: 25-06-2014