Una historia sobre el drama histórico de Chernóbil

'Todo lo que es sólido se disuelve en el aire', una emotiva novela de Darragh McKeon que nos lleva a la Unión Soviética del año de la catástrofe nuclear

Confieso que no he visto la miniserie de HBO Chernóbil . Una amiga me habló recientemente de esta producción -muy bien, por cierto- y tengo entre las pendientes. Pero no he visto nada, ni para bien ni para mal, a la hora de encontrarme - literalmente hablando - con Todo lo que es sólido se disuelve en el aire ( Alba ), un libro escrito por Darragh McKeon en 2015 Y que vuelve a estar, de alguna forma, de actualidad por la referencia miniserie. ¡Bienvenida en el mar! 

La novela nos lleva hasta la Unión Soviética. Año 1986, el año de la catástrofe de la central nuclear. La historia está estructurada en tres partes. La primera de ellas centrada en esos meses de abril en el accidente trágico. La segunda es la historia de varios meses. 

Hombres doblados sobre sí mismos, técnicos de laboratorio, bomberos, militares arrojando el contenido de sus cuerpos en el paisaje.

Todo lo que es sólido se disuelve en el aire

El libro nos dice el drama de un cirujano, un periodista que decide abandonar su profesión, un campesino y un niño prodigio. La Unión Soviética es realmente un personaje más. El control que quería ejercer el comunismo sobre los ciudadanos forma parte de este relato que también tiene un lugar muy importante, a pesar de la tragedia, para el amor. Al mismo tiempo, con el apoyo de un gigante soviético, acompañamos al autor a una narración bien estructurada, con una prosa muy cuidada y unas descripciones que nos transportan a los lugares y hechos narrados. 

Dura y emotiva por momentos, en otros ratos intensa, la novela cautivará al lector. Eso sí, no nos encontramos ante el típico libro de fin de semana o de lectura amena para beber de un par de sorbos. Merece la pena detenerse un poco, leer la tranquilidad, la sombra, disfrutar de sus pasajes, vivir la narración y la empatía hacia uno de las mayores tragedias de la historia reciente de la humanidad.  

Así comienza ...

"Cuando Yevgueni cierra los ojos, el mundo entra. El mundo, una matraca resonante, susurros y pisadas, silbar de trenes, flash y zas de puertas, anuncios por megafonía -frágiles, quebrados, lejanos-, gente diciendo disculpe o, menos educada , quita de en medio, muévete. La marea de los sonidos. Llega el tren, sube el gentío, sale el tren, casi silencio ahora, otra tanda de gente pateando el andén, el tren que llega del nuevo. Escaleras mecánicas en su continuo reiniciarse, en tono ascendente, a ritmo constante. El cierre de un bolso que se abre con timidez. Yevgueni puede ser una parte fácil, jugar a identificarlos. el sonido puro, en los patrones que va trenzando aquí abajo. 

Por: J. Berto
Fecha: 14-08-2019