Yo quiero un caimán

Un caimán viajando por el sur de los Estados Unidos de los años 30. Un relato de lo más peculiar en el que también participa un misterioso gallo que también recorre junto a Elsie y Homer esa cara de América que tanta presencia ha tenido en el cine. 

Albert vuelve a su casa (Harper Collins) y en su vuelta no falta el humor ni esos invitados estrellas, como Hemingway o Steinbeck, que forman parte de esta divertida historia, surrealista a ratos, viajera en su fondo y genial en lo original. 

Pocas veces un caimán se convierte en protagonista de un libro en el que el autor, Homer Hickam, homenajea a sus padres. 

Ladrones de bancos, huracanes, sindicalistas radicales y famosos personajes van apareciendo a lo largo de una aventura épica en la que no faltan ni el amor ni la tristeza. 

El buen rato está garantizado con la lectura de este libro. Y al término de la misma vas a querer un caimán como mascota. Yo lo quiero. Y quiero volver a Florida y buscar todos esos momentos ingeniosos de una novela sobre esa aventura maravillosa llamada vida. Y quiero un descapotable, sí, un Buick 1925, pero que lleve un caimán de serie y un libro como el de Hickam. Una historia muy recomendable si te gustan los viajes literarios como los antes. 

 

    "Tras sacar a Albert a dar un paseo entre los árboles y darle de comer un poco de pollo, desayunaron bocadillos de jamón y café de minero (se hierve el agua, se  añade el café molido, se deja reposar y se bebe) y después se pusieron de nuevo en marcha, con el gallo posado en el hombro de Homer y Elsie procurando no llorar la pérdida inminente de su caimán. Albert, entre tanto, sacaba la cabeza por la ventanilla y disfrutaba de las vistas, como había hecho tan a menudo durante el viaje. Al poco rato llegaron a las afueras de Orlando"
Por: Manuel Muñoz
Fecha: 31-05-2016