El Adiós, muy buenas de Xavier Sardá

Un encuentro con la muerte en una entretenida novela coral sobre lo que guardan los muertos y los vivos

    

Gracias a la vida que nos da los libros, aunque algunos como Adiós, muy buenas (Espasa) cuenten historias de muerte desde un cementerio que se convierte en un protagonista más del libro escrito por Xavier Sardá. El lector se encontrará con una novela coral que cuenta con una buena banda sonora de fondo interpretada por cantantes como Chavela, José Alfredo o Moncho. Entre boleros y La hija de Juan Simón, entre el más acá y el más allá, también hay hueco para la poesía en esta búsqueda de la muerte. 

Este escrito tiene la vocación de dibujar la vida cotidiana en un pequeño cementerio del litoral. Puestos, supone también un cierto divertimento, casi escolar, de escribir con un pseudo y pésimo clasicismo. Total, poca cosa

Xavier Sardá

El actor y director de cine Santiago Segura confiesa en el prólogo: "Xavier es un ser humano inteligente y reflexivo, que ha visto su vida rodeada y salpicada de muerte, y que ha intentado buscar una lógica o una respuesta al asunto. Pero, como persona cabal que es, ha renunciado, hace más tiempo aún, a seguir haciendo cábalas sobre este tema, tan insondable, buscando despejar incógnitas indespejables. Ha decidido afrontar la muerte, enfrentarse a ella, mirarla de cara y, con muy buen criterio, salpimentarla de humor". Y eso es lo que nos encontramos en Adiós, muy buenas, reflexiones y sonrisas entre nichos, tumbas, cementerios y tanatorios. 

Mientras esperamos todos a la muerte, que llegará, disfrutemos del ingenio y la imaginación de este hombre, al que quiero, respeto e incluso admiro

Santiago Segura, autor del prólogo

Los personajes de la novela están dibujados con el ingenio de un autor que recorre historias que nos dejarán infinidad de sentimientos. Algunas más duras, otras más divertidas, pero siempre con esa forma tan particular de contar las cosas de Sardá, que también tiene entre sus obras libros como Eros, Thanatos y su puta madre, Una historia de la mala leche,  El asesino de presentadores o Mierda de infancia. Muerte e ironía se dan la mano en este noir que recorre situaciones hilarantes, sensuales, surrealistas y caricaturescas. Y, lo dicho, gracias a la vida...

Adiós, muy buenas...

"Luchas ha preparado un arroz a la cubana a las momias de sus padres. Ambos llevan días colocados en el sofá, con la ennegrecida mortaja ella y con el apergaminado traje el padre. Él tiene la cabeza en el regazo para evitar nuevas caídas. La acartonada peluca de la mujer pervive encasquetada en la calavera. Se nota que lee lleva menos años muerta porque, a diferencia de su esposo, la cabeza se mantiene en su sitio. Eso sí, Lucas le ha puesto guantes a la mujer para evitar que se le caigan los dedos. Las piernas de ambos reposan en dos taburetes. Lucas intentó que se abrazasen, pero desistió al dislocar el húmero de su padre, que acabó tras el sofá". 

Por: R. G.
Fecha: 09-05-2019