En plena noche, el nuevo thriller de Mikel Santiago
Una novela marcada por el pasado con mucho suspense, nostalgia, amistades y sexo, drogas y rock and roll
Sexo, drogas y rock and roll. La movida vasca de finales de los años ochenta y la década de los noventa. Años locos donde se hornean para siempre las amistades de verdad. Y una noche que marcó el destino de un grupo de amigos, de una banda de rock.
Una madrugada de 1999, un accidente y una desaparición, la de Lorea, novia de Diego Letamendia, el líder de Deabruak. Con estas circunstancias comienza En plena noche (Ediciones B), el último thriller de Mikel Santiago, uno de esos escritores españoles que no puedes dejar de leer.
Como ocurriera en El mentiroso, el escritor nacido en Portugalete vuelve a situar la acción de su novela en Illumbe, un pueblo ficticio del País Vasco. Tras la desaparición de su novia, sobre la que la policía nunca logró aclarar nada, Diego decide marcharse de su pueblo para seguir en solitario su carrera como estrella del rock. Pero veinte años más tarde, la muerte de un amigo del grupo en un incendio en extrañas circunstancias, le lleva de vuelta al pueblo. No será fácil el reencuentro con los amigos de la juventud. Todos han cambiado y en el ambiente se respiran demasiados secretos y el hecho de que el incendio no fuese tan casual y tuviese que ver con el descubrimiento que había realizado Bert, el amigo fallecido en el incendio, sobre la desaparición de Lorea.
La nostalgia por la década de los noventa está presente en este thriller que dejará momentos especiales para los amantes de los ambientes rockeros. Con un buen manejo del suspense, que se mantiene hasta el final, esta novela traerá muchos recuerdos a aquellos que ya pasamos de la barrera de los cuarenta.
Mikel Santiago, uno de los grandes maestros del thriller actual como pudimos comprobar en La isla de las últimas voces, vuelve a formar una historia magnética, con numerosos giros, con una narrativa fresca, una trama perfectamente definida y un final a la altura del resto de la historia. Un thriller con banda sonora, un libro que nos hará pasar grandes momentos.
Así comienza...
Se salvó porque llevaba unas zapatillas blancas.
Así de sencillo. Unas zapatillas blancas. Un detalle tan idiota puede decidir si vives o mueres.
De haber llevado unos botines negros, o un zapato marrón oscuro, por ejemplo, el Volkswagen Passat lo habría estampado a cien kilómetros por hora, y posiblemente reventado como una sandía sobre el asfalto. Pero aquel «aparecido» llevaba unas zapatillas blancas, en concreto unas Nike Court Royale, que además estaban nuevecitas. Y ese perfectísimo blanco con olor a nuevo fue lo que reflectó la luz de los faros, en aquella carretera de pueblo, a las cuatro y pico de la madrugada del domingo 17 de octubre de 1999, salvando de una muerte posiblemente horrible a aquel chico que surgió de la nada.