
Escribir antes: la tragicomedia del proceso creativo de Sabina Urraca
El diario de Sabina Urraca que revela la tragicomedia de la escritura y el proceso creativo detrás de su novela El celo. Un retrato íntimo, sincero y compulsivo del oficio literario
En Escribir antes (Ediciones Comisura), Sabina Urraca comparte el proceso creativo de su última novela El celo (Alfaguara, 2024), despojando de solemnidad el oficio de la escritura. El diario muestra cómo la creación literaria se convierte en una neurosis que trasciende el espacio de trabajo y se manifiesta en parques, aceras o conversaciones de WhatsApp. La autora revela que los libros también crecen de recuerdos, charlas improvisadas y escenas cotidianas que contaminan e inspiran la escritura.
Un escenario tragicómico
Entre sus páginas aparece una residencia de artistas con fantasma y un váter que no traga, elementos que funcionan como metáforas de lo inabarcable. También hay un grupo de borrachos que escuchan canciones de amor, una madre atemorizada por lo que su hija pueda escribir y amigas que performan para enriquecer personajes. La escritura se mezcla con la vida diaria, con sueños e ideas que se desvían de la novela principal, pero que irrumpen inevitablemente en el diario.
La narración avanza entre momentos de encierro en casa para dar forma al proyecto y escritura abierta en las calles de Madrid, garabateada en aceras o apoyada en coches durante paseos con la perra. El texto transmite un deseo obsesivo: volver a escribir con la inocencia del inicio, cuando todo era un juego libre de ambiciones y exigencias.
Un collage de diario, poemas y escenas
El libro entrelaza capítulos de diario con poemas sobre la escritura, escenas de la calle y fragmentos de ideas que nunca se materializan en cuentos o novelas. Estas piezas funcionan como una válvula de escape para no contaminar el proyecto principal, dando lugar a una estructura híbrida que refleja la intensidad del proceso creativo.
La obra también transmite la tensión de defender una frontera interior frente a lo que empuja a abandonar. Puede leerse como nostalgia de una forma de escribir perdida, pero también como una carta de amor al oficio, una renovación de votos con la práctica literaria. El silencio justo, el aislamiento necesario y la paz se revelan como condiciones fundamentales para sostener la escritura.
Un retrato humano y sincero
Escribir antes se apoya en fragmentos de diario profundamente humanos y sinceros. Los pensamientos fluyen sin filtro ni orden aparente, pero revelan con claridad la fragilidad y la fuerza de un proceso creativo atravesado por dudas, obsesiones y pequeñas epifanías.
Sabina Urraca retrata la escritura como tragicomedia. Lejos de idealizarla, la muestra como una sucesión de episodios maniáticos que ocurren dentro y fuera de la mesa de trabajo. El oficio aparece despojado de solemnidad y convertido en un flujo vital compulsivo, capaz de suceder en cualquier lugar.
Nos encontramos ante un libro ligero y poético, a la vez que reflexivo y visceral. Su propuesta invita a acompañar a la autora en la exploración de su neurosis creativa, revelando que escribir no siempre es un acto solemne, sino también una experiencia compulsiva, desordenada y profundamente humana.