Papel, una novela de Jesús Ruiz Mantilla sobre la transformación del periodismo

La historia de un periódico desde dentro con el trasfondo de la crisis de identidad, el juego de poder y la precariedad de la profesión

Quienes hemos sufrido la crisis de identidad y de valores del periodismo nos sentimos muy identificados con la siguiente novela. Una crisis que lleva años afectando a la profesional en el capítulo económico, con miles de recortes y periodistas que se ven obligados  a abandonar el barco ante la falta de puestos de trabajo. 

En la era de la desinformación, con un periodismo que se mueve a golpe de clic fácil y que ha perdido mucho de pureza y verdad, libros como Papel (Galaxia Gutenberg) devuelven un poco la ilusión frente al negro y desolador panorama de tan bendita profesión. Una novela que analiza los retos del periodismo, que profundiza en su interior y que mira cara a cara a la realidad de los medios de comunicación de estos tiempos. 


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Jesús Ruiz Mantilla (en  la imagen)  da vida a la redacción de un periódico para contar desde dentro la transformación que ha sufrido el mundo del periodismo en la última década con el salto de lo tradicional a lo tecnológico. 

Y en esas nos encontramos con una novela coral protagonizada por Benjamín Sarabia y Luz Perea. El primero de ellos, un viejo periodista curtido en mil batallas, de los de libreta, bolígrafo y mil fuentes. Luz, por su parte, es una periodista actual, que vive anclada al móvil y a esas redes que en muchas ocasiones parece que han sido cargadas por el mismísimo demonio. 

El medio que comparten ambos personajes representa la realidad de una gran parte: problemas económicos, influencias políticas, intereses ocultos, juegos de poder y publicaciones donde lo primero son las visitas y luego, ya si eso, le prestamos atención a la veracidad de lo que se cuenta. 

En ese escenario, en la lucha entre el bien y el mal, se mueven Benjamín y Luz, la vieja escuela frente al periodismo milenial de las fake news. No falta ese desencanto que nos atormenta a muchos, esa ausencia de valores y esa maldita transformación que se empeña en acabar con los principios de la información. 

Así comienza...

Hemos perdido. Aunque todavía podemos ganar...

Ganar dentro de lo que perdimos, que algo es, algo será. No me resigno a aceptar esa paradoja. Llevo años pensando que debo escribir nuestra historia. Pero hasta ahora no sabía cuál era el final. Cómo acababa nuestra peripecia. Hoy no me queda duda y lo asumo: hemos perdido. Una etapa negra en mi vida me obligó a aceptar la derrota. Ahora, quizá engañado por cierta ilusión delirante, he podido percibir de nuevo un poco de esperanza. Por eso he decidido comenzar. 

Había pensado que debía narrarla en tercera persona. La mayoría de los relatos periodísticos así lo exigen. O mejor dicho, pertenezco a una generación de plumillas que se ha formado de esa manera. En la de tomar distancias ante la materia que abordas. 


Por: R. Guerrero
Fecha: 12-07-2021