Tabby, no eres ninguna perdedora: una novela sobre heridas abiertas, familia y dignidad

Una historia de retorno escrita por Sarah Mian que explora las raíces, los traumas y la búsqueda de sentido

En Tabby, no eres ninguna perdedora, (Blackie Books) la escritora canadiense Sarah Mian entrega un debut narrativo de alto impacto que combina la fuerza del realismo social con una voz literaria aguda, mordaz y profundamente humana. Ambientada en la región de Nueva Escocia, la novela acompaña el regreso de Tabby Saint a su pueblo natal tras años de ausencia, un lugar donde las heridas familiares y el estigma social siguen marcando el ritmo de los días.

El peso de un apellido maldito

Desde las primeras páginas, Mian construye un entorno físico y emocional devastado. La protagonista atraviesa espacios marcados por la ruina, tanto en su antigua casa como en las calles que recorrió de niña. El apellido Saint, sinónimo de escándalo, delincuencia y marginalidad, pesa sobre Tabby como una herencia imposible de sacudir. A través de una prosa detallada y cargada de tensión, la autora retrata una comunidad donde el pasado nunca termina de enterrarse.

La estructura narrativa avanza entre encuentros con figuras del pasado y escenas que revelan la complejidad psicológica de la protagonista. Tabby no regresa con nostalgia, sino con una mezcla de desconfianza, dolor y deseo de redención. La novela no idealiza el retorno, sino que lo enfrenta como una confrontación directa con las raíces y los traumas familiares.

Uno de los aciertos del libro es su equilibrio entre el drama y el humor ácido. El estilo indirecto de la narración permite captar los matices emocionales de Tabby sin caer en la autocompasión. A través de su mirada, el lector accede a un mundo fracturado, pero no exento de ternura. La relación con el barman West, por ejemplo, ofrece una válvula de escape a la soledad, sin perder de vista las contradicciones y tensiones de ambos personajes.

A medida que se reconstruye la historia familiar, emerge un relato generacional marcado por la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades. El linaje de los Saint, con episodios de estafas, supersticiones y abandono, da forma a un mosaico de marginalidad heredada. Tabby se convierte en el epicentro de una memoria que no perdona, pero tampoco olvida.

La ambientación rural no es solo un decorado. Nueva Escocia aparece como un personaje más, moldeado por su clima, sus leyendas locales y una red de relaciones marcada por la exclusión y los rumores. El lenguaje es coloquial, directo, con imágenes vívidas que anclan cada escena a una realidad tangible. La narrativa avanza con ritmo ágil, sin perder profundidad ni precisión emocional.

El retrato de Tabby escapa a los estereotipos de víctima o heroína. Es una figura compleja, contradictoria, a veces cruel, a veces vulnerable, pero siempre honesta en su forma de enfrentar lo que le toca. Esta ambigüedad resulta uno de los aspectos más potentes de la novela. La protagonista se sostiene en su resistencia, su humor y su aguda percepción del entorno.

Una novela que conmueve sin sentimentalismo, que retrata las fracturas sociales con crudeza, pero también con dignidad. Sarah Mian logra construir una historia intensa, humana y dolorosamente reconocible, que se inscribe con fuerza en el mapa de la literatura contemporánea en lengua inglesa.

Por: María Vila
Fecha: 18-07-2025