Tan jóvenes y la pena, la novela de Millanes Rivas que explora la incertidumbre de una generación

Una novela de un joven escritor que conecta mito, folclore y precariedad

Tan jóvenes y la pena (Editorial Dieci6), del joven escritor extremeño Millanes Rivas, es una obra que se adentra en el territorio de la pérdida, la identidad y la resistencia. El relato comienza con Tristán, que regresa a su pueblo natal para enterrar a su padre y gestionar la herencia. No viaja solo, lo acompañan Bruna y Argenis, compañeras y amantes que completan un triángulo vital y afectivo.

La novela se centra en la experiencia de tres veinteañeros marcados por la precariedad que enfrentan el reto de vivir en un contexto de incertidumbre. La historia los sitúa en un universo en el que lo cotidiano se entrelaza con lo mítico y lo folclórico, una atmósfera en la que la violencia del entorno se contrapone a la urgencia de la subversión.

La herencia de Lorca y el pulso de una generación

La influencia de Federico García Lorca resulta evidente en la estructura y en el trasfondo de la obra. Millanes Rivas plasma su pasión por el poeta granadino y por el flamenco, integrando un espíritu combativo y antisistema que recuerda la dimensión social y estética de la tradición lorquiana. En la novela se percibe ese equilibrio entre el individuo y la comunidad, reflejado en personajes que luchan constantemente contra las fuerzas que los limitan.

La voz narrativa explora la tensión entre hombre y mujer, entre destrucción y deseo, entre lo íntimo y lo colectivo. El teatro, el romance y la música techno conviven con la lluvia, la nieve y el viento, elementos que configuran un paisaje simbólico y a la vez tangible. Este entramado sitúa a los personajes en un escenario de contrastes, donde lo rural se convierte en escenario de resistencia.

En Tan jóvenes y la pena se hace visible una voz generacional, un retrato de jóvenes que buscan afirmar su libertad en medio de un mundo marcado por la precariedad y la herencia de estructuras caducas. La novela no solo cuenta la historia de Tristán, Bruna y Argenis, sino que también da forma a un sentimiento colectivo de quienes quieren existir a pesar de todo.

El texto se enriquece con constantes referencias a la mitología y a las leyendas populares. Estas presencias aportan un aire atemporal que conecta lo ancestral con lo contemporáneo, ampliando las capas de significado de la obra. El resultado es una narración que dialoga con la tradición sin renunciar a una mirada actual.

La muerte del padre, punto de partida de la trama, no solo marca un duelo personal, sino que simboliza el fin de un orden. A partir de ahí, los protagonistas avanzan hacia la construcción de su propia identidad, un proceso que refleja la lucha por la libertad de ser en un entorno adverso.

Millanes Rivas demuestra una capacidad singular para trasladar la intensidad de la vida a la literatura. Su novela combina la fuerza de lo poético con la crudeza de lo real, y ofrece un testimonio sobre lo que significa crecer en tiempos de incertidumbre. Tan jóvenes y la pena se presenta así como una obra extraordinaria, capaz de reunir mito, pasión y rebeldía en un mismo escenario narrativo.

, es una obra que se adentra en el territorio de la pérdida, la identidad y la resistencia. El relato comienza con Tristán, que regresa a su pueblo natal para enterrar a su padre y gestionar la herencia. No viaja solo, lo acompañan Bruna y Argenis, compañeras y amantes que completan un triángulo vital y afectivo.

La novela se centra en la experiencia de tres veinteañeros marcados por la precariedad que enfrentan el reto de vivir en un contexto de incertidumbre. La historia los sitúa en un universo en el que lo cotidiano se entrelaza con lo mítico y lo folclórico, una atmósfera en la que la violencia del entorno se contrapone a la urgencia de la subversión.

La herencia de Lorca y el pulso de una generación

La influencia de Federico García Lorca resulta evidente en la estructura y en el trasfondo de la obra. El autor plasma su pasión por el poeta granadino y por el flamenco, integrando un espíritu combativo y antisistema que recuerda la dimensión social y estética de la tradición lorquiana. En la novela se percibe ese equilibrio entre el individuo y la comunidad, reflejado en personajes que luchan constantemente contra las fuerzas que los limitan.

La voz narrativa explora la tensión entre hombre y mujer, entre destrucción y deseo, entre lo íntimo y lo colectivo. El teatro, el romance y la música techno conviven con la lluvia, la nieve y el viento, elementos que configuran un paisaje simbólico y a la vez tangible. Este entramado sitúa a los personajes en un escenario de contrastes, donde lo rural se convierte en escenario de resistencia.

En Tan jóvenes y la pena se hace visible una voz generacional, un retrato de jóvenes que buscan afirmar su libertad en medio de un mundo marcado por la precariedad y la herencia de estructuras caducas. La novela no solo cuenta la historia de Tristán, Bruna y Argenis, sino que también da forma a un sentimiento colectivo de quienes quieren existir a pesar de todo.

El texto se enriquece con constantes referencias a la mitología y a las leyendas populares. Estas presencias aportan un aire atemporal que conecta lo ancestral con lo contemporáneo, ampliando las capas de significado de la obra. El resultado es una narración que dialoga con la tradición sin renunciar a una mirada actual.

La muerte del padre, punto de partida de la trama, no solo marca un duelo personal, sino que simboliza el fin de un orden. A partir de ahí, los protagonistas avanzan hacia la construcción de su propia identidad, un proceso que refleja la lucha por la libertad de ser en un entorno adverso.

Millanes Rivas demuestra una capacidad singular para trasladar la intensidad de la vida a la literatura. Su novela combina la fuerza de lo poético con la crudeza de lo real, y ofrece un testimonio sobre lo que significa crecer en tiempos de incertidumbre. Tan jóvenes y la pena se presenta así como una obra extraordinaria, capaz de reunir mito, pasión y rebeldía en un mismo escenario narrativo.

Por: María Vila
Fecha: 19-08-2025