Illo, de Adrián Daine: un thriller coral en el corazón de Sevilla
La novela combina venganza, drama y crítica social con una identidad marcadamente sevillana, en una historia de personajes enfrentados en una ciudad dominada por la turistificación

Adrián Daine, escritor sevillano nacido en 1980, ha dado forma a una novela que comenzó como una broma en torno a una palabra y ha acabado siendo una obra con peso propio. Illo (Editorial Dieciséis) se presenta como un thriller donde los códigos lingüísticos y culturales de Sevilla adquieren protagonismo. Lejos de ser una simple curiosidad localista, el uso del término illo en el título y en el desarrollo del relato se convierte en una herramienta narrativa que refleja cercanía, conflicto y pertenencia.
El punto de partida es claro y directo: un hombre irrumpe en un bar para decirle a Julián Albareda, el protagonista, que su padre ha muerto. Pero Julián no acepta la versión oficial. Él está convencido de que a su padre lo han asesinado. A partir de ese momento, se inicia un viaje físico y emocional por la ciudad, en el que la sed de justicia va dejando espacio a una historia más compleja y coral, con múltiples personajes que van marcando el rumbo de los acontecimientos.
La ciudad como escenario y personaje
La Sevilla que dibuja Daine no es solo un telón de fondo, sino un actor más. Las calles, los barrios, la manera de hablar y de actuar de sus habitantes dotan al texto de un realismo palpable. Los personajes no solo habitan Sevilla, la encarnan. Su forma de entender la vida, de relacionarse y de resolver los conflictos están profundamente arraigados en el entorno urbano que habitan. La autenticidad de los diálogos y las actitudes aporta verosimilitud y cercanía, haciendo que el lector reconozca no solo lugares, sino comportamientos cotidianos.
El estilo literario parte de una influencia reconocida: Fernando Mansilla y su obra Canijo. Aunque el propio autor reconoce no haber alcanzado ese nivel, fue este referente el que le empujó a construir una historia con acento y fondo sevillano. Así, la novela toma cuerpo como una narración con identidad propia, donde lo local no es una barrera, sino un canal para conectar con temas universales como la pérdida, la violencia o la lealtad.
La historia comienza con una escena cargada de tensión y termina sumergida en una red de dramas personales y colectivos.
La evolución de la novela transforma un esquema inicial de historia individual en una estructura coral. El autor parte de la figura de Julián, pero a medida que la narración avanza, nuevos personajes se incorporan y ganan protagonismo, dotando al relato de una dimensión más amplia. Lo que en un principio parecía una historia de venganza se convierte en una crónica de múltiples voces que retrata una ciudad herida por conflictos internos y dinámicas sociales complejas.
Turistificación, violencia y memoria se entrelazan en la trama, con dos bandos enfrentados tras la muerte de un viejo cabecilla. La historia se sitúa en una Sevilla sacudida por intereses enfrentados, donde las mafias que gestionan los pisos turísticos representan una metáfora de una ciudad en disputa. Este elemento, lejos de ser anecdótico, se convierte en el motor de muchas de las tensiones que mueven la acción.
A nivel narrativo, el libro se construye sobre una tensión constante entre el drama íntimo y el suspense del thriller. Daine consigue mantener ese equilibrio, sin perder el ritmo ni la profundidad emocional. El tono policial se entrelaza con una exploración más introspectiva de los vínculos familiares, la traición y el desencanto, generando una lectura ágil pero no superficial.
Illo es una novela que apuesta por lo concreto para hablar de lo general. Su enfoque local no la limita, sino que le da una base sólida desde la que explorar temas reconocibles en cualquier geografía. El autor logra que su obra funcione tanto como relato de género como retrato emocional y social. Y todo ello sin abandonar un lenguaje directo y una ambientación que respira autenticidad.
La apuesta de Adrián Daine por una literatura con acento propio da como resultado una obra potente, que deja huella tanto por su forma como por su contenido. Nos encontramos, en definitiva, con un western urbano con alma andaluza, donde el lenguaje y la ciudad son tan protagonistas como sus personajes.